miércoles, 21 de enero de 2009

RELATO

Hoy voy a dejar una pequeña historia que escribí para un concurso, había que inspirarse en una leyenda mozarabe y si fuera premiada aparecería en la botella de vino que se va a comercializar, la leyenda es el beso de requena. Hay 265 participantes así que no creo tener posibilidades, pero os la dejo aquí para saber vuestras opiniones. Espero que os guste, aquí va...

LAILA Y ABDELILAM

El chico venía sucio y exhausto, entró en el porche de la casa farfullando un montón de maldiciones sobre la viña. Su abuela lo observaba y con voz severa le dijo – Diego nunca maldigas estas viñas, que son las que han dado riqueza a generaciones enteras de tu familia¬-. Siéntate aquí mi niño, te contare la historia de cómo sobrevivieron estas viñas.
La familia Aguilar era una de las más poderosas de Requena, por aquellos tiempos, eran respetados y honrados. Los patrones tenían una hija, una hermosa doncella llamada Laila, aquel rostro inmaculado de ojos azules eran comparados con la luz más pura que brillaba en el cielo. Los muchachos la cortejaban, pero ella no se interesaba por ninguno de ellos. Siempre guardaba las apariencias en las reuniones sociales por respeto a sus padres. Pero a ella lo que le apasionaba realmente era la vida en el campo, cuidar de la viña, sentirse libre cabalgando su caballo por sus terrenos, en definitiva cosas de hombres. Ella sufría por ello, por eso jamás aceptaba verse con ningún joven, ellos representaban todo lo que ella no podía hacer libremente.
Pasó el tiempo, se había convertido en la verdadera patrona de la cosecha de aquel año, había cuidado con esmero la uva, había dejado preparadas las tinajas, tenía el presentimiento de que este vino sería decisivo, seria de los mejores, quería superarse así misma.
Un día mientras supervisaba personalmente la recogida, su caballo se asustó, salió corriendo desbocado. No conseguía hacerse con el control, se estaba alejando de la finca cuando divisó una pequeña caravana iban tres o cuatro jinetes, les gritó que se apartaran que iba sin control. Todos se apartaron, pero el jinete del caballo negro galopó detrás de ella, consiguió alcanzarla, la adelantó y consiguió coger las riendas.
Ella lo miró agradecida, sus ojos claros se encontraron con esos ojos negros que no tenían fin y por primera vez sintió interés por un hombre. El por su parte se quedo absorto contemplando su belleza.
El se ofreció a escoltarla hacia sus tierras, estaba oscureciendo y no era un lugar apropiado para que una dama se encontrara sola.
Ella aceptó gustosa pues disfrutaba de la compañía del joven, inicio una conversación con él, se llamaba Abdelilam venía de tierras lejanas y su rey le había encomendado una tarea que solo le había confiado a él por ser su más leal caballero.

El chico interrumpió a su abuela. ¿Eran árabes?, bueno en aquellos tiempo tu familia era mozárabe, los cristianos convivieron con los árabes como hermanos durante un tiempo y los padres de la doncella en honor a su amistad con ellos, la pusieron un nombre árabe, pero sí el era árabe y… No adelantemos acontecimientos, por favor déjame proseguir.
Cuando llegaron a la finca su padre esperaba preocupado y no sabía como darle las gracias a aquel hombre que había traído a su hija sana y salva. Abdelilam comenzó a visitar regularmente la finca y Laila estaba más contenta que nunca, juntos recorrían las tierras a caballo hablando de la cosecha y de los buenos vinos, cuando el le confeso que debido a su religión no podía beber. Para ella el vino lo era todo, y quería compartir ese todo con el hombre del que se había enamorado; ella disgustada se lo hizo saber “si no pruebas mi vino no probarás mis labios”. El quedo apesadumbrado, pero fue llamado por su rey y tuvo que partir, prometió volver y Laila conteniendo la pasión de su naturaleza no le dio esperanzas, pues se sentía traicionada al haber puesto todas sus ilusiones en él.
Corrían malos tiempos, los musulmanes más conservadores prohibieron el vino y ella resolvió seguir adelante con su cosecha en la clandestinidad. Llego a sus oídos, pues contaba con muchos contactos en el pueblo debido al contrabando de vino, que vendrían musulmanes de otras tierras a destapar su engaño y denunciarla a las autoridades religiosas.
Cuando un día contemplaba el atardecer en este mismo porche, volvió a ver los ojos negros que tanto la cautivaban y entonces lo supo. “Serás tú o mi amado el que deba traicionarme y condenarme a la muerte y a la desgracia de mi familia”. Abdelilam sufría pues su rey le había mandado descubrir las sublevaciones, pero no podía vencer lo que sentía dentro de su corazón, algo dentro de él le empujaba a estar al lado de Laila. Decidió renunciar a todo y ella supo agradecérselo, su amor era correspondido con creces pues nunca hubo una mujer más dichosa que ella en toda Requena.
El no la delató ante su rey y le solicito su gracia para casarse con ella y vivir para siempre allí pues fue donde dejó su corazón desde el primer día que la conoció. Ella le puso a prueba pues le dijo: “Valen demasiado mis labios pues por ellos arriesgaste la vida y por el vino que probaras, tuyos serán”. Los dos bebieron el vino clandestino de su amor y se besaron con la misma intensidad que desprendía el sabor del vino. Juntos lograron proteger las tierras y sus amadas viñas hasta su muerte y desde entonces generación tras generación hemos trabajado y cuidado con esmero estas tierras por el valor y arrojo de nuestros antepasados.

El chico se quedo pensativo y ensimismado, le dijo a su abuela -algún día encontrare a mi Laila-.

3 comentarios:

EscondidaEnOtroMundo dijo...

Que bonita, me ha encantado. Sobre todo me ha gustado como la has terminado =)La frase del niño. Te costó mucho escribir la historia?? Te inspiraste en algo personal? Felicidades, espero que tengas suerte y seas seleccionada.

Anónimo dijo...

Muchas gracias, guapa!que agradable es que guste a los demás lo que escribes..., la verdad es que no fue dificil escribirla porque te facilitaban una leyenda, entonces ya tenias una base de donde partir, cuando te sugieren un tema a mi me resulta más fácil, quizas es más díficil cuando es una creación propia sin pautas marcadas...
muchas gracias por el comentario y no me inspire en nada personal, pero una cosa te dire, el vino me gusta mucho, así que el mismo me inspiro, besines.

EscondidaEnOtroMundo dijo...

No lo sé, ahí, en mi caso es distinto, que me pongan un tema puede no importarme o puede que sí, dependiendo de cual sea.

Estoy segura de que me costaría mucho escribir algo mínimamente decente de un tema con el que no me identificara o no me gustara, lo encontraría realmente difícil. Aunque esta claro, que visto lo visto no es tu caso, porque el relato es estupendo.