jueves, 29 de octubre de 2009

LA SABIDURÍA DEL HALCÓN (RELATO DEDICADO)

Me siento perdida, tengo mucha sed, el calor es asfixiante. A mi al rededor solo hay montañas en todas las tonalidades de marrón-rojizo existentes, me siento desvanecer. Creo que estoy delirando, voy casi arrastras hacía algo verde que he divisado en la falda de una colina.
En mi mente algo grita que luche por mi vida, que he de sobrevivir, pero yo no tengo fuerzas. Consigo avanzar a duras penas, pero realmente no se si tengo alucinaciones, he visto un pájaro cerca de mí.
Intento enfocar mi vista porque el sudor que resbala por mi piel, a veces cae en mis ojos y me escuecen. Vuelvo a mirar. Él esta allí, me acompaña, ahora reconozco que pájaro es, es un halcón. Parece que vela por mí.

Se posa en una roca y espera hasta que llegue con mis cansados pies; cuando estoy a un solo paso de él, vuelve a salir volando, poco a poco va guiando mi camino hacia lo verde y al fin descubro que hay una sombra donde poder cobijarme.
Solo quiero descansar y poner la cámara de fotos a buen recaudo, cierro los ojos un momento, puede que haya dormido o me haya quedado inconsciente. Cuando despierto, el halcón sigue allí, esta vez sale volando hacía otro lado. El me infunde valor, le sigo a duras penas y llego hasta una carretera.

¡Me ha ayudado!, me ha guiado hasta que he podido encontrar la carretera.
A lo lejos comienza a verse una montonera de polvo elevándose, parece un coche que se acerca.
Miró al cielo y veo al halcón, le grito GRACIAS, con todo el aire que me queda en los pulmones y lucho por permanecer de pie mientras llega el vehículo. Me desvanezco.

Cuando despierto voy sentada dentro de un coche, un hombre con rasgos afilados y larga cabellera oscura y sedosa, me tiende una botella de agua, yo bebo con avidez, después le doy las gracias y susurró el halcón me salvo.

El hombre me mira con extrañeza, ¿El halcón te salvo?-pregunta.

-Si el me guió hasta la carretera, estaba perdida y el me ayudo.

En mi tribu, cuando el espíritu de un halcón decide ayudar a un humano a salvarse de una muerte segura, es porque esta seguro de la nobleza de su corazón.

-Pero, no era un espíritu, era un halcón de verdad.- digo yo.

No joven, en estas tierras no hay halcones, pero para nosotros el mensaje es claro: ama y respeta la naturaleza y ella hará lo mismo por ti, es algo sencillo.
Yo le miro con asombro y asiento con convencimiento, es la verdad más absoluta que he escuchado en mi vida.

Nunca olvidare al hermoso halcón que me guió y a la tribu que me ayudó a interpretar las señales. Siempre recordare aquel reportaje fotográfico que realice en el Gran Cañón del Colorado. Aún conservo todas las fotos y en una de ellas pude hallar a mi halcón salvador.



FIN

Este relato quiero de dedicarselo a mi amiga Carolina, el halcón, es un pequeño presente por su cumpleaños que será dentro de muy poco, espero que te guste. Te lo dedico con mi cariño, porque se que siempre sobrevuelas la blogosfera y me mimas con tus comentarios. :)

2 comentarios:

Carolina dijo...

GRACIAS CON TODO MI CORAZON.
es un relato precioso, el regalo más bonito que me han hecho nunca.
Has captado plenamente el espíritu del Halcón, que es el mío, y las enseñanzas de la Madre Tierra.
Tengo los ojos llenos de lagrimillas, pues me ha conmovido profundamente y voy a ponerlo en un lugar especial.
Te quiero mucho amiga, lo sabes, y El Halcón siempre volará junto al Lobo. La conexión es completa.
Besazos cielo y sigamos caminando y aprendiendo juntas. Feliz cumpleaños a tí también, me será difícil buscar tu regalo, pues me has puesto el listón demasiado alto.
Un gran abrazo protector del Halcón y gracias de nuevo.
Besos!!!!!!

Sidel dijo...

Gracias a ti Carolina por ser como eres!!! Besitos y abrazos!